por Agustín Montenegro

fotos de Florencia D’Antonio e Iván Fridman

A la Radio Gráfica llegó Débora Mundani, acompañada. Traía con ella a Conti, el escritor del río y la memoria, pero también algunas compañías bastante más oscuras e ignotas. Con ella llegó a nuestro encuentro Alfredo Varela y su extraño libro, El río oscuro, que hoy ha sido publicado nuevamente por Capital Intelectual. Y con Varela llegaba, por supuesto, el violento Hugo del Carril de Las aguas bajan turbias. Y de ahí toda otra tradición: las historias de los mensús, la de los yerbatales del Alto Paraná.

Dos o más afluentes, cargadas de historias de sufrimiento, que sirven de pilares para la novela de Débora Mundani, El río, que inaugura la colección de Corregidor «Al sur del Río Bravo».

Horacio carga el ataúd de su madre en un bote y remonta el Paraná. En paralelo, la historia se remonta hacia el pasado de un mensú y su romance con Elena. Todo se cubre de un verde grisáceo, denso, que promete historias de hombres y mujeres con memoria.

Con Débora Mundani aparece otro tópico del escritor: la investigación. El empuje de la escritura viene de una voluntad material, de una necesidad imperiosa, a veces, del sumergirse en múltiples mundos, en el universo de la imaginación. Hay escritores inventores, hay escritores arqueólogos, y los hay que investigan. En una curiosa mezcla de experiencia vital del río y de la geografía y de la labor de la lectura de fondo está también la particularidad de El río.

Meterse en temas distintos, practicar el trabajo de «la exploración», como bien dice Débora, es algo que surca también la conversación. La literatura como un ejercicio de conocimiento continuo, y no como la expresión de un producto dado.

Hay un círculo vicioso de músicos del cual Las lecturas todavía no ha podido salir, encabezado por Carlos Aguirre, Liliana Herrero (el «oro verde» era obligatorio en este caso), y una música de fondo imaginada como ensoñación, con Sinesi y Moguilevsky, que crean el clima propicio para charlar en una noche tranquila. Esta vuelta se metieron Ricardo Iorio y Flavio Cianciarulo, asomó Calamaro.

Una hermosa charla con la escritora Débora Mundani sobre su novela El río que termina con una de las enseñanzas más bellas de la literatura de nuestro país, la de otro escritor que empieza a volver, obsesivamente: contar historias como si cantaras en el medio del camino.